top of page
  • Foto del escritorSara C.

Nostalgia y generación Z: ¿somos la generación más nostálgica de la historia?

Actualizado: 30 oct 2020



La nostalgia ha recibido distintas definiciones desde que existe y de hecho, su significado original proveniente del griego, νόστος (nostos = regreso) y ἄλγος (algos = dolor), hace referencia a sentir pena por verse ausente de la patria o de los amigos. En inglés, homesick también refuerza ese significado de “echar de menos tu hogar”, pero desde el siglo XX hasta ahora este término se ha relacionado con echar la vista atrás hacia una “era sin pesos”, como explica Bachem. La gente empezó a vivir guerras, revoluciones, exilios…que hacían que les inundase un sentimiento de pérdida de un pasado mejor. Tendemos a buscar seguridad en lo que ya conocemos, es algo humano ese miedo a lo desconocido. Pickering y Keightley recomiendan redefinir la nostalgia como “el deseo a volver a un estado anterior o un pasado idealizado”. Idealizado, esa palabra clave, ya que, muchas veces pensamos en que nos hubiera gustado vivir en otra época, de hecho llega al punto de que alguna gente pretende hacerlo, sin pensar en que todo tiene sus luces y sombras. Podemos diferenciar dos tipos: la nostalgia personal, que sentimos de forma individual y que está relacionada con nuestras vivencias, y la nostalgia histórica, que implica ese deseo de escapar a épocas pasadas que parecen más fáciles que la actual.


¿Qué relación tiene todo esto con los Z como generación, grupo al que pertenecemos los redactores de TriYournal? En el estudio de generaciones, las barreras entre un grupo generacional y otro están difusas y dependen de lo que sostengan distintos autores, utilizaremos como referencia la definición del Pew Research Center, que considera que pertenecen a esta generación los nacidos entre 1997 y 2012. Es cierto que algunos miembros de ella se encuentran más cerca de los millennials ya que no son nativos digitales como tal, sino que han vivido la implantación de internet y las redes sociales a lo largo de su infancia y han sido los primeros en tener redes sociales como Instagram durante su adolescencia. Muchos Z comparten recuerdos de series de televisión con los millennials porque se llevan menos de 10 años entre ellos así que compartieron un periodo de su infancia.

¿Somos más nostálgicos que nuestros padres?

Mirad a vuestro alrededor, vivimos reciclando tendencias de otras décadas: llevamos pantalones campana o mom jeans, nos encanta ver películas y series de los 90, la música que más se ha escuchado este año vive de las influencias de los 80 (no hay más que escuchar Future Nostalgia de Dua Lipa o Blinding lights de The Weeknd), todas las ciudades están llenas de tiendas que usan la etiqueta vintage para vender caras prendas que probablemente encontrarías en el armario de tus abuelos o de tus padres. Estos son solo algunos de los ejemplos pero en Internet, medio de comunicación principal para nosotros, encontramos muchos más. Si deslizamos el dedo por Instagram o por Tik Tok encontraremos publicaciones de gente que recrea outfits de estas épocas o de personajes de series como Friends.



Esto ha sido aprovechado por las marcas, que explotan el marketing de la nostalgia sacando líneas de ropa con personajes de series de nuestra infancia o series de los 90, como Bershka con los Rugrats o las Bratz o Pull and Bear con Friends.




Todas las generaciones han vivido de una forma u otra la nostalgia, algo que nos recuerda Midnight in Paris de Woody Allen, pero en esta generación su impacto se ve magnificado gracias a Internet. La reconstrucción de la memoria depende en buena parte de los archivos que poseamos, como recuerda Hernández-Gutiérrez, y la cultura popular nunca había tenido tantos registros mediáticos como en este momento. Los medios permiten esa reconstrucción del pasado y, como sostiene Halbwachs “cada memoria colectiva requiere del apoyo de un grupo delimitado en el tiempo y el espacio”. Antes los jóvenes construían sus identidades basándose en sus vivencias y experiencias de la época en la que estaban, desde la llegada de los mass media, copiando lo que veían en el cine y en las series o tomando notas de los consejos que les daban en las revistas. Ahora en algo tan pequeño como un smartphone tenemos millones de estímulos audiovisuales de los que tomar nota. Internet está lleno de este sentimiento, basta con buscar etiquetas en Pinterest o Instagram con las décadas para recrearnos en él.


Por otra parte, la nostalgia colectiva de los Z, y en realidad de cualquier generación, en referencia a los elementos que caracterizaron sus infancias, actúa como un elemento unificador y tiene un poder de identificación muy fuerte. Esta sección de Triyournal está basada en eso, esos recuerdos que todos compartimos como generación y que nos hacen sentir parte de algo.


Cada persona vive la nostalgia de una forma y unas tienden más a ella que otras pero, si miramos a nuestro alrededor, nadie puede culpar a los Z de sentir algo de añoranza por el pasado: estamos en una pandemia, el mercado laboral está precarizado, somos el país con mayor tasa de paro juvenil de Europa y se habla de que estamos sobrecualificados como si eso fuera algo malo. Si consideramos todo esto, sí, se puede entender que sintamos nostalgia, aunque también debemos intentar no perder conciencia de esa palabra mágica que mencionaba antes en la definición: idealización. La típica frase de “cualquier tiempo pasado fue mejor” es un cliché pero es cierta. Kevin Parker, el vocalista de Tame Impala, canta en Lost in Yesterday sobre aprender a soltar el pasado y a recordarlo de la mayor forma posible pero me quedo con una frase en la que nos recuerda que incluso las cosas malas acaban difuminándose en la memoria como algo bueno. La tomo como recordatorio de que es muy fácil caer en la idealización y todo momento tiene sus claros y sus oscuros.





Para acabar en un tono más positivo, una serie de estudios realizados por el psicólogo Constantine Sedikides y que recoge la BBC en este artículo, sostienen que la nostalgia actúa como un almacén de emociones positivas en la memoria y que es “un recurso para dar significado”, parte vital de la salud mental. Las personas más nostálgicas de su experimento no se vieron afectadas por pensamientos negativos sobre su mortalidad y que eran menos vulnerables a los sentimientos de soledad. La nostalgia es una vieja amiga en la que podemos refugiarnos de vez en cuando pero no podemos permitir que nos impida avanzar, sino aprender de ella para gestionar mejor el futuro.

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page